Cuando en casa te preguntan que hay para merendar y acabas de zamparte la última madaglena, no te queda otro remedio que poner manos a la masa, o sino el remordimiento no te dejará saborear ese pequeño capricho.
Y ya que estamos en carnaval nada mejor que unos picatostes.
El mantelito lo hice hace varios años y estaba guardado en un cajón, es un buen fondo para este sencillo postre.
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